Cuenta la leyenda que es mejor de a
dos, que la vida solos no trae tanta dicha. ¿Un complemento? No lo creo, es
quizá una sonrisa más para ver en los bellos momentos y un hombro siempre
dispuesto para recibir lágrimas.
Es necesario ser cauteloso, pero no
en extremo. Por eso se tiene que entregar lo que se tenga. Arriesgar sin medida
para encontrar quien esté dispuesto a lo mismo. No se trata solo de tener una
pareja, existen quienes son expertos en brindar alegría con otro tipo de amor:
amigos les llaman.
Cariño, de nombre le pusieron, y a
todos un poco les dieron. Es la capacidad para entregarse al otro sin interés
de por medio, sin esperar retribución. No se aprende, no se enseña. Solo se
vive.
Por eso: entréguese ante la vida.
Ame, no odie. Perdone, sane, olvide. Sea feliz, pero solo cuando haya podido
hacer felices a otros también. Deje atrás el egoísmo y preocúpese por lo que
esté más allá de sí mismo. Ocúpese de quienes lo rodean, y verá cómo comienza a
encontrar sonrisas entre tanta mierda que hay en este mundo.
La vida se trata de eso, de ir en
contra de lo sencillo. Arriesgarse a hacer lo difícil, lo que parece imposible.
Créame, aunque no lo logre, el esfuerzo siempre será recompensado. Entonces,
comience de una vez a vivir.